Washington – Florencia Renderos Morales, exempleada en un albergue para niños migrantes en Tennessee, se declaró culpable de obstrucción de la justicia por el encubrimiento de la “conducta sexual inapropiada” en la que incurrió con menores en la instalación, informó este martes el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos.

Según documentos judiciales, durante su empleo en La Casa de Sydney, un albergue para niños indocumentados y no acompañados, Renderos incurrió en “conducta sexual inapropiada dirigida a menores residentes en los últimos años de su adolescencia”.

Como parte de su acuerdo de admisión de cargos, Renderos, de 24 años. evitó una acusación por parte de un gran jurado federal sobre sus actividades en el albergue.

Autoridades federales y locales iniciaron una investigación acerca de la conducta de Renderos y otras personas en La Casa de Sydney.

La mujer tuvo conocimiento de la pesquisa “y se puso en contacto con otras personas involucradas sobre formas de evadir la detección”, indicó el DHS en un comunicado.

Asimismo, “habló acerca de la persona que ella creía que había denunciado su conducta a las autoridades e instó a un menor exresidente de La Casa de Sydney para que borrara evidencias electrónicas que eran relevantes en la investigación”.

“Tomar ventaja de individuos indefensos, sea cual sea su ciudadanía, resultará en consecuencias graves”, dijo la agente especial Rana Saoud de la división de Investigaciones de Seguridad Nacional del DHS.

Renderos encara ahora una posible sentencia de hasta 20 años de prisión y tres años de libertad vigilada, más multas por 500.000 dólares. La audiencia de sentencia se ha fijado para el 12 de enero de 2024.

En mayo de 2021 estalló el escándalo sobre La Casa de Sidney después de que menores albergados en el refugio en Chattanooga presentaran quejas relacionadas con abuso sexual.

La policía arrestó en julio de ese año a tres trabajadores, entre ellos Renderos. Tras la investigación el estado cerró el lugar y retiró la licencia a la organización The Baptiste Group (TBG), que operaba el albergue.