Muestra en 2019 en el Museo Judío de Viena"Lady Bluetooth", que repasó la vida de la actriz e inventora Hedy Lamarr (1914-2000). EFE/ Hugo Barcia/Archivo

Madrid – Algunos de los inventos que han facilitado nuestra vida y que hoy son imprescindibles en nuestro día a día, como el libro electrónico, el «wifi», el limpiaparabrisas, la escalera de incendios, el popular juego del Monopoly o el sistema de reconocimiento a través de la córnea, fueron creados por mujeres.

Mentes brillantes cuyos logros y descubrimientos salvaron vidas, cambiaron la ciencia y se colaron en nuestro día a día.

Sin embargo, aunque sus inventos pasaron a la historia, muchas de estas inventoras permanecieron ocultas por el hecho de ser mujeres.

Así lo explica la divulgadora española Isabel Pascual Ruiz de Alegría, quien desde 2019 imparte conferencias de arte, diseño y ciencia con perspectiva de género a través del proyecto Curabitur.

Uno de estos ciclos está protagonizado por mujeres inventoras, mujeres «representativas y curiosas» que dedicaron su vida a hacer avanzar la ciencia y la sociedad.

«Han estado ocultas como las mujeres en todos los ámbitos, pero este es un campo que es todavía menos visible», explica Pascual a propósito de estas pioneras.

Entre ellas, se encuentran figuras tan conocidas como la filósofa griega Hipatia de Alejandría, quien realizó importantes contribuciones a la ciencia en matemáticas y astronomía; o la matemática Ada Lovelace (1815-1852), la primera programadora informática.

O, incluso, la científica Marie Curie (1867-1934), Premio Nobel de Física en 1903 por sus investigaciones sobre la radiación, compartido con Henri Becquerel, y de Química en 1911 por sus trabajos sobre el polonio y el radio, esta vez en solitario.

Pero muchas otras científicas no fueron tan visibles. Es el caso de la médica italiana del siglo XII Trótula de Salerno, considerada la primera ginecóloga de la historia por sus ideas revolucionarias en el área de la ginecología y la obstetricia, que defendió que los problemas de infertilidad podían venir también de los hombres y no solo de las mujeres, como se creía hasta entonces.

O de la estadounidense Tabitha Babbitt (1779-1853), a quien se le atribuye la invención de la primera sierra circular.

Su compatriota Martha Coston (1826-1904), por su parte, inventó las señales luminosas marítimas, que salvó muchísimas vidas por evitar choques de barcos.

El popular Monopoly también se lo debemos a una mujer. En concreto, a la escritora y empresaria estadounidense Elizabeth Magie Phillips (1866-1948), quien en 1902 creó The Landlord»s Game (El juego del propietario), precursor de la actual versión del juego de mesa.

Objetos tan cotidianos como el limpiaparabrisas o la escalera de incendios fueron ideados por mujeres. El primero por Mary Anderson (EEUU), que con su invención facilitó la conducción de trenes, tranvías y coches.

Y Anna Connelli (EEUU) consiguió edificios más seguros al inventar en 1887 la escalera de incendios exterior, que hoy en día sigue formando parte del paisaje de muchas ciudades.

Por su parte, la química e ingeniera Mary Engle Pennington, fue la primera mujer jefa de laboratorio de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos y la inventora del sistema de refrigeración y conservación de alimentos.

Otras creaciones totalmente incorporadas al día a día son el típex, creado por la mecanógrafa estadounidense Bette Nesmith Graham; el filtro del café, inventado en 1908 por la alemana Melitta Bentz; o el Kevlar, material hasta cinco veces más resistente que el acero que se utiliza en los chalecos antibalas, invención de la química polaco-estadounidense Stephanie Kwolek.

Pero sin duda a quien debemos la manera de vivir de la actualidad es a la actriz e inventora austriaca Hedy Lamarr, precursora del wifi, el Bluetooth y el GPS, gracias a su técnica del salto de frecuencia.

La lista de inventos también incluye creaciones de españolas, entre las que la investigadora y profesora de la Universidad Complutense de Madrid Celia Sánchez-Ramos Roda, creadora del sistema de reconocimiento por córnea , o Pilar Mateo, inventora de una pintura insecticida contra enfermedades como el mal de Chagas.