Tegucigalpa – Honduras debe invertir más en los jóvenes, en educación de calidad y apostar por un modelo de «educación integral en sexualidad» como medio para evitar el embarazo adolescente y erradicar las agresiones sexuales, alertó este sábado a EFE el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
«Uno de los desafíos más prioritarios es continuar con la inversión en adolescentes y jóvenes, porque representan el 30 por ciento de la población», dijo la representante del Unfpa en Honduras, Cecilia Maurente, en entrevista con EFE en Tegucigalpa.
Aseguró que Honduras tiene que invertir en los jóvenes para aprovechar el «bono demográfico» que tendrá hasta 2045, con la mayor cantidad de personas en edad productiva de su historia.
«El momento de invertir es ahora, Invertir en juventudes, en educación, en mejorar el acceso a salud, la parte de recreación la generación y el empleo», señaló.
«TAREA DE TODOS»
Otro gran reto del país centroamericano es promover una «educación integral en sexualidad» como medio de prevención del abuso sexual y el embarazo temprano.
La representante del Unfpa en Honduras indicó que la educación integral en sexualidad es «una tarea de todos», porque es un tema «sensible».
«Cuando hablamos de educación integral no es promover que los niños y las niñas tengan relaciones sexuales temprana, sino que los niños, adolescentes y jóvenes tienen derecho a recibir información basada en evidencia científica que les permita crecer sanamente, desarrollarse y los proteja de los abusos sexuales», explicó.
En su opinión, es necesario que los niños y jóvenes aprendan a protegerse, pero los padres y educandos deben instruirse para poder detectar casos de abuso sexual en menores.
«La educación integral de la sexualidad, al contrario de lo que muchos dicen, indica que cuando se tiene educación de manera apropiada, según la edad de los niños y adolescentes, hace que la edad de inicio de las relaciones sexuales se posponga o cuando las tienen lo hagan de manera protegida», enfatizó.
Lamentó además que muchos menores sufren violencia sexual, y el 90 % de los agresores suelen ser personas del círculo familiar o muy cercanas a la víctima.
Los niños y los adolescentes son «seres vulnerables» y los adultos saben «cómo manipularlos» para que no denuncien la agresión, añadió.
EDUCACIÓN Y EMPLEO JUVENIL
El desafío de Honduras en Educación es mejorar la calidad de la misma para preparar mejor a la sociedad del futuro, señaló Maurente, quien está concluyendo su misión en Honduras.
«La educación de calidad nos permite tomar decisiones adecuadas en cualquier ámbito de nuestra vida, ya sea al momento de elegir una carrera, si nos vamos a casar o tener hijos», añadió.
Otro reto que enfrentan los jóvenes hondureños, especialmente las mujeres, es el embarazo a temprana edad, un fenómeno que lastra su desarrollo educativo y las obliga a permanecer por debajo de la línea de pobreza, un «círculo que va ser difícil de romper», dijo Maurente.
El embarazo adolescente también afecta la inserción al mundo laboral, donde el desempleo es mayor en el caso de las mujeres y donde se agudiza la brecha de ingresos.
La poca capacidad para atender a la población joven que se incorpora al mercado laboral lleva a que miles de ellos acaben migrando, en su mayoría a Estados Unidos, donde viven alrededor de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, añadió.
Maurente dijo que, cuando se mira hacia las causas de la migración, la falta de empleo ocupa la primera posición, por lo que considera necesario que el Gobierno hondureño promueva programas orientados a crear empleos entre los jóvenes.
«El empleo es unos de los factores importantes para que los adolescentes migren buscando un sueño, tener un empleo, migran en condiciones de muchísima vulnerabilidad, en ese camino al norte pueden ser violados, asesinados, y muchas veces al llegar a la frontera son deportados», destacó.
Según el Observatorio Consular y Migratorio de Honduras, entre enero y 6 de septiembre han sido deportados al país 3.371 niños y adolescentes hondureños que estaban en condición irregular en Estados, México y países de Centroamérica.
RETOS POS-COVID-19
La capacitación profesional a los jóvenes y garantizar los servicios «esenciales» de salud sexual y reproductiva son los grandes retos del Gobierno tras la crisis por la COVID-19, señaló Maurente.
Aseguró que existen un «riesgo» de que la recuperación de los indicadores de salud sexual y reproductiva y la mejoría en la reducción de la mortalidad materna en Honduras «puedan caer» debido a que la población no busca los servicios de salud primarios porque tienen miedo de contagiarse de coronavirus.
«El parto comunitario no es lo mejor, porque si hay una complicación obviamente el riesgo de la madre de enfermar o morir durante el parto es muy grave, igual el de su hijo», agregó.
El acceso a métodos anticonceptivos y otros servicios pueden verse afectado por la emergencia por la pandemia, lo cual podría causar «un incremento de embarazos no planificados o no intencionados», enfatizó Maurente, quien próximamente estará al frente del Fondo de Población de la ONU en Panamá.
En Honduras, donde el 51 % de su población son mujeres, uno de cada cuatro partos es de una menor de 19 años, según cifras oficiales.