Cracovia (Polonia).– La portavoz de la Guardia Fronteriza polaca, Anna Michalska, informó de la deportación de ocho migrantes indocumentados que habían entrado desde Bielorrusia, uno de los cuales «tenía vínculos con el terrorismo» del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

En una comparecencia ante la prensa en Varsovia, la teniente Michalska explicó que un vuelo chárter militar despegó ayer del aeropuerto de Balice, en Cracovia (sur), para trasladar a siete de los deportados a Georgia y a otro a Tayikistán.

En el caso de esta persona, según declaró la portavoz, «se han probado sus vínculos con el terrorismo», mientras que otros tres de los deportados «representaban una amenaza para la seguridad del Estado polaco y el orden público».

Pocos instantes después de hacerse pública esta información, el ministro polaco encargado de los Servicios de Inteligencia y la vigilancia fronteriza, Stanislaw Zaryn, confirmó en un mensaje de redes sociales que «el ciudadano expulsado a Tayikistán tenía vínculos con la organización terrorista ISIS (grupo yihadista del Estado Islámico)».

«No hay ni puede haber pasividad ante la presencia de personas que generan amenazas en nuestro territorio. Polonia debe utilizar las herramientas a su alcance para deportar a quienes constituyan una amenaza», añadió Zaryn.

En el avión de transporte viajaban también 18 oficiales de la Guardia Fronteriza polaca procedentes de varias de las unidades desplegadas a lo largo de la frontera polaco-bielorrusa y, según el ministro, el coste total de la operación fue de unos 36.000 euros.

Los deportados tendrán prohibido volver a entrar en el espacio Shengen en los próximos 5 ó 10 años, dependiendo de los casos, y forman parte de las 432 expulsiones de migrantes indocumentados que ha llevado a cabo Polonia en lo que va de año, 228 de ellas por vía aérea.

En una rueda de prensa, Michalska aseguró el jueves que, mientras que en todo el año pasado hubo unos 16.000 intentos de entradas ilegales desde Bielorrusia, en lo que va de 2023 ya se han superado los 13.000 casos, y desde enero se ha arrestado a más de 400 personas que habían logrado pasar a Polonia, un número superior al de todo 2022″.

El Gobierno polaco ha advertido que se espera «una nueva etapa con más provocaciones» en la frontera con Bielorrusia, donde las autoridades dicen haber detectado un incremento en la actividad migratoria ilegal, «así como en la agresividad» de los migrantes que, según Varsovia, el Gobierno de Aleksánder Lukashenko instiga para que traten de cruzar ilegalmente a Polonia. EFE