Bruselas.- La definición de retrato es sencilla: ‘pintura o efigie de una persona’, e históricamente guardaba estrecha relación con la representación de altas personalidades. Y es esa vertiente la que utiliza el artista andaluz Gonzalo Orquín para plasmar, en esta ocasión, historias de personas migrantes, “figuras anónimas” a las que aspira a “poner cara y apellidos”.

La exposición ‘Being human. The sea at night is too big’, que Orquín (Aracena, 1982) inauguró este miércoles en el Migratie Museum Migration en Bruselas, recoge cuadros hiperrealistas que muestran “las emociones, las luchas y el sueño de las personas retratadas”, es decir, las historias reales de personas migrantes que abandonaron sus países de origen.

El título, que en español se traduce como ‘Ser humano. El mar de noche es demasiado grande’, no es ninguna casualidad, pues Orquín se inspiró en una conversación que tuvo con un joven rescatado por la ONG Open Arms en Sicilia que, en un inglés impreciso, le describió las “terroríficas olas” del mar Mediterráneo.

“Les pusieron una pistola en la sien por la noche y les obligaron a saltar al océano. Eran 70 personas sin chaleco salvavidas, no sabían nadar y ni siquiera habían visto el mar en su vida”, rememoró el artista en una entrevista para EFE.

La muestra de 16 obras recoge “duras escenas”, como el rescate de las pateras en las costas del Mediterráneo o la obra ‘Humana Pietas’, que inmortaliza la llegada de un joven de 16 años a Trieste (Italia) desde Afganistán tras andar seis meses y ser recibido por Lorena, una doctora que curaba los pies de los recién llegados.

Y es que la inmortalización de esas escenas no se queda solo en los retratos, sino que el artista español recreó un naufragio a través de la decoración central de la exposición: restos de una patera, chalecos salvavidas, unas cortinas transparentes que reflejaban proyecciones del mar y un sonido de fondo similar al choque de las olas, adentrando así al público en una de sus obras.

Además de estas historias, Orquín hizo hincapié en la importancia de contar también “las historias que no son tragedias”, en referencia a las personas migrantes que consiguen llegar a Europa y rehacer su vida, a las que retrata haciendo uso de la técnica del ‘collage’ como en ‘Malick’, ‘Rama y su hijo’ o ‘George’.

En la elaboración del proyecto, el artista realizó una labor de investigación entre el arte y el reporterismo, para lo que contó con la ayuda de su amiga y periodista en ‘La Stampa’ Francesca Paci, especializada en conflictos, y que le animó a acudir al terreno de los hechos para fotografiar y conversar con los protagonistas de sus cuadros.

“Ella me empujó a salir al campo, yo al final soy artista y paso todo el tiempo solo en mi estudio. Al estar ahí sentía que estorbaba, pero me ha encantado esta experiencia. No esperaba que me fueran a dar su móvil, llamarme ‘brother’ o enviarme un corazón tras contarme sus historias», relató a EFE el artista.

Asimismo, Orquín colaboró con la Asociación Recreativa y Cultural Italiana (ARCI); Consorcio Italiano de Solidaridad – Oficina de Refugiados (ICS); Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Los cuadros de Orquín beben directamente del barroco andaluz de Bartolomé Esteban Murillo, Diego Velázquez y Juan de Valdés Leal, pero también de los claroscuros de Caravaggio y las escenas bélicas de Francisco de Goya que le inspiraron en el pasado para retratar otros temas sociales como la guerra de Siria, la lapidación de las mujeres o la pena de muerte para homosexuales en Irán.

“Me conmocionó la historia de Hande Kader, una mujer turca transexual defensora de los derechos LGTBQ que fue asesinada con 23 años. Vi vídeos de ella peleando como una jabata, pinté un cuadro enorme sobre ella y le dediqué una exposición”, contó Orquín en la inauguración.

La exposición, comisionada por la Embajada de España en Bélgica, refleja a través de la cultura una de las prioridades de la agenda española en la presidencia del Consejo de la Unión Europea, en este caso, el Pacto Europeo de Migración y Asilo, pendiente de las negociaciones entre las instituciones para ser adoptado antes del final de la legislatura europea en junio.

El recorrido de la exposición, que estará abierta hasta el 15 de febrero próximo, se completa con un documental que narra todo el trabajo detrás de las pinturas, los viajes y los encuentros con los migrantes y refugiados, que se puede encontrar en línea. EFE