Tegucigalpa – Sacar a Dios de la vida pública pasa en los países comunistas y Nicaragua va por ese camino, manifestó hoy monseñor Miguel Lenihan, presidente de la Comisión de la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH).

El también obispo de la Diócesis de La Ceiba, lamentó la actual situación de persecución que vive la Iglesia Católica en el país vecino de Nicaragua.

Reflexionó que aunque es un momento difícil solo se fortalece el testimonio de la iglesia y dijo que se trata de una feligresía fuerte y que sabrá salir fortalecida de este momento.

“En estos momentos el pueblo de Nicaragua está llevando su cruz, pero ellos son fuertes ya que son un pueblo muy mariano”, subrayó el religioso.

Externó que es triste que se rompa la comunicación entre el Estado y la Iglesia como ya sucedió en el país vecino.

Recordó que la Iglesia tiene el derecho para predicar el evangelio en cualquier lugar y eso no se ha respetado.

Pese a que se trata de una crisis se espera que pronto se pueda regresar a la Nicaragua de antes, la nación que celebra su fe y devoción mariana, zanjó.

Cabe señalar que el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, crítico del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció el pasado viernes que está retenido en su curia por fuerzas policiales sin conocer la razón.

Entre tanto, la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, advirtió que “provocar” es un delito.

Las relaciones de Ortega y Murillo con la Iglesia católica han sido históricamente friccionadas, y se mantienen tensas desde el levantamiento antigubernamental de 2018, que el líder sandinista interpretó como un “golpe de Estado fallido” del cual todavía responsabiliza, entre otros, al Episcopado del país centroamericano.