Tegucigalpa – La desesperación y la larga espera de las vías legales llevó el pasado jueves a cientos de migrantes, muchos de ellos hondureños, a intentar cruzar la frontera sur de Estados Unidos dejando en el intento sangre y el arresto de un connacional.

Mochilas, zapatos y ropas desgarradas yacen en las cuchillas de la concertina extendida por el gobierno estatal  de Greg Abbott, el gobernador republicano de Texas en la frontera sur estadounidense, retratan reportes de prensa local.

Lo anterior después que más de 300 migrantes desbordaron el jueves a la Guardia Nacional de Texas en El Paso dejando una nueva escena de caos en la frontera, militarizada y blindada, pero incapaz de contener flujos migratorios masivos.

En las escena eran visibles las huellas de los dedos que arrancan casi a diario tierra bajo las alambradas para poder escamotearse y adentrarse en el inhóspito condado de Maverick, arriesgándose a una detención de la Patrulla Fronteriza (CBP) o a kilómetros interminables de ranchos de mesquite, un arbusto lleno de espinas que no permite descanso después de superar las concertinas.

Un hondureño arrestado

Un migrante hondureño, identificado como Junior Evaristo Benítez de 21 años, ingresó a la cárcel del condado de El Paso después de ser detenido por militares, y enfrentará cargos por agresión, informó el fin de semana el Departamento de Seguridad Pública de Texas.

“Un hombre de 21 años de Honduras enfrenta cargos de agresión después de un incidente que involucró a migrantes y la Guardia Nacional de Texas el jueves 21 de marzo cerca del Marcador Internacional número 36 en la frontera entre Estados Unidos y México”, destaca un comunicado replicado por la prensa local.

El migrante catracho fue arrestado y acusado de agresión a un servidor público, lo cual es un delito grave de tercer grado.

El hondureño era parte de un grupo de migrantes, principalmente hombres solteros, quienes el jueves pasado traspasaron la valla de alambre concertina y ahora se encuentra detenido en la cárcel del condado de El Paso.

Agresiones con balas de goma

Activistas a favor de los derechos de los migrantes denunciaron el sábado que la Policía de Texas ha escalado las agresiones a los indocumentados en la frontera de Ciudad Juárez-El Paso entre México y Estados Unidos hasta dispararles balas de goma.

Rosa Mani Arias, coordinadora en Juárez del grupo Avara, una organización de origen estadounidense que apoya a migrantes, calificó como brutal e indignante el ataque por parte de la policía texana, que hace unos días se integró a la vigilancia de la frontera en Juárez-El Paso.

“Muy lamentable la situación de los disparos de goma, muy lamentable que las personas están completamente vulnerables. Tenemos indignación, solamente podemos hacer el llamado a las personas que se acerquen a nuestros espacios que estamos dispuestos a apoyarlos”, dijo a la agencia EFE la activista.

Señaló que las personas agredidas pueden estar viviendo una situación muy complicada, pues al estar heridos y no tener cerca un centro de atención, los problemas de salud se agravan por la falta de higiene, alimentación y agua que existe en los campamentos que han instalado los migrantes en la zona.

Refuerzan seguridad

La entrada masiva de migrantes por la fuerza a través del punto 36 de la frontera de Juárez con El Paso, entre México y Estados Unidos durante la semana anterior, llevó a que la Guardia Nacional de Texas reforzara desde el viernes la vigilancia con un centenar de elementos y hasta 30 patrullas.

Durante los últimos días, cientos de migrantes que intentan llegar a territorio estadounidense empezaron a acampar entre el río Bravo y la cerca de alambre de púas en el punto 36 de la frontera, ante la incertidumbre por la ley SB4 de Texas que el gobernador, Greg Abbott, busca aplicar pese a los fallos judiciales.

Luego de que la Patrulla Fronteriza recibió a los cerca de 500 migrantes que habían logrado colarse hasta el muro, la presencia de la Guardia Nacional de Texas aumentó en el punto 36.

Ante la situación los efectivos de seguridad aún exigían el fin de semana con altavoces a los migrantes del campamento que regresaran a México, mientras que un grupo de militares equipados con escudos avanzó hasta llegar a la zona ocupada por los migrantes.

SB4

El gobierno de Abbott insiste en aplicar una ley migratoria estatal, llamada SB4, que convierte en delito cruzar irregularmente al territorio estadounidense desde México y que reserva penas más duras para los reincidentes.

Una corte federal de apelación mantiene la ejecución de esa ley suspendida, después de que el Tribunal Supremo de EE.UU. decidiera esperar a que se dirima en esa instancia inferior, y después de varias pausas que han generado una gran confusión entre las fuerzas del orden y las asociaciones de apoyo al migrante.

El panel de jueces del tribunal de apelaciones del Quinto Circuito, que se reunió de urgencia, parece dividido sobre varias cuestiones relativas a la ley SB4, como la posibilidad de que las autoridades de Texas puedan devolver inmigrantes a México, algo que ahora es una prerrogativa del Gobierno federal.

El gobernador Abbott ha pedido que se permita que la ley, una afrenta del republicano al gobierno de Biden en pleno año electoral, entre en vigor hasta que el Supremo, con mayoría conservadora, decida sobre su constitucionalidad.