Miami.- El senador republicano Marco Rubio dijo hoy que es «justo» devolver a los cubanos los bienes expropiados en la isla y aseguró que seguirá luchando en el nuevo Congreso para que los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela no se «beneficien de las dictaduras que están conduciendo».
En una entrevista con Efe, hecha en español, el cubano-estadounidense dijo en Miami que los cubanos a los que el régimen les «robó» y «traficó» con sus propiedades deberían tener la oportunidad de reclamarlas ante un juez de Estados Unidos.
En ese sentido se mostró a favor de activar por primera vez el Título III de la Ley Helms-Burton, el cual ha sido suspendido periódicamente desde su creación en 1996 por los Gobiernos desde Bill Clinton hasta el actual mandatario, Donald Trump, y que daría vía libre a estas demandas.
El republicano aseguró que hay que «castigar a las compañías que se estén beneficiando del uso de una propiedad que nunca fue compensada, que fue robada».
Recientemente, el asesor presidencial John Bolton señaló a Efe que esta norma, que ha sido criticada por expertos que consideran que generaría una serie de demandas de empresas internacionales y avalancha de procesos legales en Estados Unidos, no se debe suspender por «inercia» y que va a «revisarla» con cuidado.
«Yo entiendo que eso va a ser inconveniente para estas compañías, pero más inconveniente es para esas familias que les robaron lo que les pertenecía, que nunca les pagaron absolutamente y eso hay que respetarlo. Es injusto que les roben su propiedad», dijo el senador.
Sobre la multitud de demandas que eso generaría, Rubio señaló que el «sistema legal del país lo puede enfrentar».
«Si a mí me roban una propiedad y mañana viene una compañía y está beneficiándose de una propiedad que me robaron a mí, eso es injusto», reiteró.
El senador, quien fue elegido por primera vez en 2010 y reelegido en 2016, habló con Efe durante el lanzamiento de la expansión de Agape, una organización del sur de Florida que ofrece vivienda a mujeres y exreclusas con problemas de adicciones.
Aseguró que no va a permitir que aquellos que «les están negando la libertad y los derechos humanos» a los cubanos, venezolanos y nicaragüenses «se beneficien de las dictaduras que están conduciendo».
Desde que Trump está en la Casa Blanca, la política hacia Cuba «ha cambiado bastante», dijo en referencia a las compañías en manos de militares cubanos con las que los estadounidenses tienen prohibido hacer negocios.
«No vamos a permitir al régimen, especialmente a los militares cubanos, que se beneficie de una apertura económica con Estados Unidos», subrayó.
Agregó que seguirán «castigando» a los responsables de que los presidentes de Venezuela y Nicaragua, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, respectivamente, y la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, permanezcan en el poder.
«No vamos a permitir que los que favorecen a Ortega y Murillo en Nicaragua sigan beneficiándose en Estados Unidos, en muchos casos, de lo que se han robado al pueblo», manifestó.
Por otro lado, se mostró consciente de que el nuevo Congreso, elegido el pasado 6 de noviembre y que se instalará en enero próximo, en el que los demócratas tendrán la mayoría, «va a pedir cosas de inmigración distintas a las que pide el presidente» Trump.
En ese sentido aseguró que «este es un país de inmigrantes, siempre lo ha sido y siempre lo va a ser».
Enfatizó que el tema migratorio pasa por tres fases: tener leyes, hacerlas cumplir y «hacer algo razonable con las personas que han estado aquí muchos tiempo y ya no se van a ir».
«Creo que es difícil hacer las tres cosas juntas, pero hay que hacer las tres cosas para que esto se pueda resolver», manifestó.
Sobre la crisis migratoria de la caravana en la frontera con México, señaló que «lo mejor» que el país «puede hacer a largo plazo es ayudar a Honduras, Guatemala y El Salvador a resolver sus problemas internos» para que sus ciudadanos no tengan que irse.
Lamentó la «violencia» en esos países y que «mujeres y niños hagan ese viaje tan peligroso», pero criticó que «maleantes» se están colando en ese movimiento para «tirar piedras y botellas» contra funcionarios mexicanos y estadounidenses.
«No se puede permitir, aquí no podemos tener un caos y una falta de respeto a la ley», enfatizó
Por otro lado, el republicano dijo que extrañará al senador demócrata por Florida Bill Nelson, con quien tenían una relación muy «estrecha» y quien perdió el escaño en las elecciones legislativas del pasado 6 de noviembre ante el republicano Rick Scott, quien es el gobernador saliente de Florida.
«A nivel político obviamente discrepamos en muchos temas, a nivel personal seguiremos siendo amigos, fue un gran colega, siempre trabajamos juntos, y lo vamos a extrañar sin duda», afirmó.
«A veces vemos a amigos en el propio partido o en otro perder su puesto, pero él ha servido muy bien a este estado por muchos años y tiene mucho por ofrecer todavía», dijo Rubio.