Tegucigalpa – En los últimos 15 o 18 años, alrededor de 60 mil personas con título universitario han salido del país. Otro grupo, aunque en menor grado, se ven obligados a tomar trabajos en el interior del país que no requiere ningún tipo de competencia universitaria.

Los datos revelados a Proceso Digital por el director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES), Ricardo Matamoros, son prueba de que la falta de oportunidades hace que mucha gente decida emigrar.

Las personas que no obtienen su diploma son las que más migran hacia EEUU.

El creciente desempleo afecta de forma directa a la Población Económicamente Activa, que según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) es de 3,364,688 hondureños.

“De las 100 personas que escapan diariamente de Honduras, 50 tienen oficio o son profesionales”, ha indicado el designado presidencial, Salvador Nasralla.

Repensar el modelo de desarrollo

El sociólogo Rolando Sierra, refirió que el país debe repensar el modelo de desarrollo, ya que hasta “ahora hemos tenido un modelo que no ha sido inclusivo, que ha sido generador de pobreza, de inequidad, de desigualdad y no generador de un empleo decente y oportunidades para todos”.

El director de Flacso-Honduras, Rolando Sierra.

“La falta de oportunidades lo que hace es que mucha gente decida emigrar”, dijo Sierra, quien es el director del Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Honduras).

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) indica en su estudio sobre la migración laboral de Honduras que la pandemia ocasionada por la COVID-19 ha exacerbado la intención a emigrar.

Dentro de las causas de esta migración, podemos mencionar dos factores principales, cita el informe publicado a finales de 2022, “la violencia y la desigualdad, la inseguridad, la pobreza, la corrupción, el débil crecimiento económico, la falta de oportunidades laborales estables, el escaso acceso a la justicia, la brecha de género y la vulnerabilidad ambiental”.

En tanto las relacionadas al mercado laboral, “el desempleo, los bajos salarios, la recesión e inestabilidad económica y la inflación”.

Desalentados

El director del IIES destaca que, a la hora de buscar empleo, la presión es mayor para el sector de jóvenes y de las mujeres, quienes al no encontrar trabajo, ya han caído al grupo de los desalentados.

El director del IIES, Ricardo Matamoros.

Este segmento está integrado por personas que, aunque pueden trabajar, en realidad ya no lo están buscando activamente. “Las personas al no tener una posibilidad de poder mejorar las condiciones de vida en el país, la alternativa que queda es emigrar”.

Antes de tomar la determinación de salir del país, muchos profesionales universitarios tienden a ocuparse en un trabajo que si bien requiere formación profesional, no es para lo que estudiaron, “o en el caso más extremo, en el cual tenga que recurrir a un trabajo que no requiere ningún tipo de competencia universitaria, como cortador de café”, dijo el director del IIES.

Un estudio sobre la migración temporal estacional de los corteros en el departamento de El Paraíso, realizado por Flacso-Honduras, arrojó que 1.2 % de los corteros entrevistados para el informe tienen título universitario.  

Si bien es un grupo pequeño el que refleja el estudio, dijo Matamoros, esto no deja de ser cierto. También manifestó que “es un problema nuevo al cual, si no le ponemos ojo, entonces le agregaríamos otra variable de decepción de los hondureños que esperan ingresar a una carrera universitaria esperando mejorar sus condiciones”.

Al tomar la decisión de emigrar, los profesionales universitarios saben que lo que les espera fuera de su hogar son ocupaciones que incluyen trabajo en construcción, trabajo doméstico y otros servicios en la economía hospitalaria.

Tal y como le ocurrió a Laura Castro, psicóloga graduada de una universidad privada, quien después de trabajar como secretaria tomó la determinación de emigrar a Estados Unidos.

“Uno no quiere dejar sus raíces, arriesgar su vida en ese camino tan peligroso, pero cuando tiene que mantener una familia y darles un futuro mejor a sus hijos, no le queda otra alternativa. Allá en Honduras los salarios tan bajos, la inseguridad, son cosas que no quiere para sus hijos”, relató.

Planificación académica

La necesidad de planificar la oferta laboral aflora ante la saturación de profesionales de pocas carreras, “hay demasiados egresados respecto a las necesidades que tiene el mercado”, indicó Matamoros, el director del IIES, afiliado a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

El profesional explicó que en otros países lo que ocurre es que hay una planificación tan importante y una identificación de mercado que lo que hacen es que las universidades restringen los cupos para ciertas carreras.

“Si la demanda de profesionales de la ingeniería, por mencionar un caso, es de 10 mil al año, entonces las universidades se programan y planifican que esos son los ingenieros que van a formar”, dijo al destacar esta forma de optimizar los recursos.

Actualmente tanto la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) ya dijeron que debería hacerse estos análisis.

“Hay algunos sectores que lo han tomado a mal porque lo miran como restringir las posibilidades, pero tiene que ver con una visión más integral”.