Fotografía de varios hombres, que forman parte de un grupo de deportados de EEUU. EFE/Esteban Biba/Archivo

Denver (CO) – Jorge Zaldívar Mendieta, sin antecedentes criminales y padre de cinco estadounidenses, fue deportado a su México natal después de que rechazase buscar refugio en una iglesia local y se presentase a una cita con las autoridades migratorias, informó su familia este jueves por la noche.

Mendieta, de 44 años, había llegado a Estados Unidos en 1997 y prácticamente desde aquella fecha comenzó a gestionar su presencia legal en el país. Luego, un accidente de tráfico en 2008, en el que él se vio involucrado, perjudicó esos trámites.

En noviembre pasado, ya con orden de deportación, Mendieta prefirió cumplir con su cita migratoria en vez de pedir santuario.

Como resultado, el 13 de noviembre fue detenido y trasladado hasta la cárcel privada de inmigración en Aurora, al este de Denver, donde permaneció hasta este miércoles.

Christina Zaldívar, esposa de Mendieta y ciudadana estadounidense, viajó a principios de mes a México para esperar allí a su esposo y para hacer arreglos para el cuidado médico de Mendieta, cuya salud aparentemente se vio afectada por los dos meses en el centro de detención.

De hecho, la activista local Ann Morrill, quien frecuentemente visita ese centro de detención, publicó esta semana una carta abierta a favor de Mendieta, calificando de «horrorosas» y «desastrosas» las condiciones de su encarcelamiento en Aurora.

En su carta, Morrill reveló que Mendieta perdió unos nueve kilos durante su tiempo en el centro de GEO, agudizándose su depresión y su diabetes.

Mendieta, dijo la activista, «trabajó incesantemente y pagó decenas de miles de dólares» para regularizar su situación.

Pero el pedido fue «continuamente rechazado» debido a lo que Zaldívar consideró «un error del Gobierno».

Cuando Mendieta fue detenido en noviembre pasado, Laura Lichter, su abogada, indicó que el arresto era innecesario porque Mendieta «no representa un riesgo de fuga ni un peligro para nuestra comunidad».

Y en cuanto a la deportación, la abogada expresó en aquel momento que resultaba de «gran preocupación» que las autoridades de inmigración deportasen a alguien antes de que la corte pudiera revisar las apelaciones».

Por su parte, en su página en Facebook, Zaldívar indicó que ahora sólo quiere que su esposo recupere su salud, lamentando el daño que su «propio gobierno» le causó a su familia.