Nueva York – Una mujer, testigo en una investigación de alegadas agresiones sexuales cometidas contra ella y varias otras mujeres por guardias de seguridad en una prisión de inmigración en Texas fue deportada el pasado lunes, de acuerdo con sus abogados.

La mujer, de 35 años, aseguró a sus abogados que fue violada sistemáticamente y que las agresiones en ese centro de detención en El Paso han ocurrido fuera de la vista de las cámaras de seguridad, señala este sábado el periódico digital de investigación ProPública.

Tras la denuncia, los departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia iniciaron una investigación.

De acuerdo con la denuncia de la inmigrante, que estuvo detenida en esas instalaciones supervisadas por la oficina de Cumplimiento de Inmigración y Aduanas por cerca de un año, en ese centro existe «un patrón y una práctica» de abuso.

También aseguró que varios guardias la besaron «por la fuerza» y por lo menos uno de ellos le tocó sus partes íntimas, a menudo cuando regresaba de la unidad de atención médica a su dormitorio, de acuerdo con ProPública.

Igualmente denunció que uno de los guardias le había dicho que «si se portaba bien, él la ayudaría a que la dejaran salir».

Los abogados de la testigo han informado que el inspector general solicitó que al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) no la deportara, y que el FBI la había entrevistado extensivamente.

También de que habían enviado una queja a la Oficina del Fiscal de EE. UU. para el Distrito Oeste de Texas, así como a la Oficina del Fiscal del Condado de El Paso, para advertir que se podría efectuar una investigación penal al respecto.

La pasada semana, tres días antes de que fuera deportada, los abogados presentaron una petición de hábeas corpus ante un tribunal federal para solicitar que fuera puesta en libertad bajo supervisión y permaneciera en un albergue de inmigrantes en El Paso.

Ese reclamo de sus abogados surgió luego de que después de haberles acusado, tanto los guardias como los reclusos le habían hecho comentarios intimidantes y que ella se sentía insegura.

Los abogados han indicado que la mujer acompañó a los investigadores en un recorrido por las instalaciones para mostrarles los lugares donde ocurrieron los agravios, los cuales quedaban fuera de las cámaras de seguridad.

Poco después la mujer aseguró a su defensa que uno de los guardias le había advertido de que «tienes que cuidarte», señala demás ProPública.

«Todos saben lo que sucedió y eso hizo que las cosas se volvieran muy difíciles para ella», dijo su abogada, Linda Corchado.

De acuerdo con los abogados, tres días después de haber presentado el recurso de hábeas corpus, el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional dio un giro en su posición e informó a ICE que podía deportar a la mujer.

De acuerdo con el inspector, si era necesario, los investigadores la entrevistarían por teléfono estando ella en México, tras lo cual, unas horas más tarde la deportaron.

De acuerdo con ProPública la mujer renunció a su derecho de apelar su deportación en julio, mucho antes de que los alegatos se dieran a conocer al público.

En agosto, sus abogados presentaron una solicitud ante ICE para que no la expulsara y la dejaran en libertad hasta que se completara la investigación.

Además, la mujer reunía los requisitos para obtener la visa U, la cual corresponde a inmigrantes que fueron víctimas de un crimen.

El gobierno «permitió que deportaran a la testigo más importante. Ahora, ¿cómo podemos tomar en serio esta investigación, o incluso pretender que haya sido formal desde un principio?», cuestionó Corchado.