San Pedro Sula (Honduras) – Reina Castellanos y Cristóbal Bardales son una pareja de hondureños que, agobiados por la pobreza y falta de trabajo en su país, decidieron sumarse a la caravana de inmigrantes que este miércoles saldrá rumbo a EEUU por el sector de Agua Caliente, punto fronterizo con Guatemala.

«Nosotros nos vamos de este país para poder mejorar, a veces no tenemos trabajo, ni cómo comprar la comida», dijo Reina a Efe en la central de autobuses interurbanos de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, de donde el martes partió la primera caravana, por otro punto fronterizo con Guatemala, el de Corinto.

Su marido, Cristóbal, de 27 años, lamenta que lo poco que gana, cuando consigue trabajo de sembrar maíz y fríjoles, de 200 a 300 lempiras diarios (entre ocho y doce dólares), «apenas nos alcanza para la comida».

A esta pareja le acompañan otros dos familiares adultos y un niño que es su hijo.

Los cinco descansaban en un predio de cemento de la terminal de autobuses, junto con un grupo de unos 200 inmigrantes que esperaban que llegara la hora de salida hacia Agua Caliente, prevista para las 05.00 horas locales (11.00 GMT).

«Nos vamos por un sueño americano, usted sabe que aquí en Honduras no podemos estar por el motivo de que no hay trabajo, no hay una empresa donde trabajar, por eso nosotros nos vamos de este país, a veces no tenemos trabajo, ni cómo comprar la comida», enfatizó Reina.

La pareja indicó que es la primera vez que salen en una caravana hacia Estados Unidos, donde no saben a qué lugar podrían llegar.

«La verdad, no sé hasta que lugar, pero con tal sea Estados Unidos, Texas, no sé. Pero la verdad, esa es la meta que llevamos, ojalá, primero Dios que todo nos salga bien en el camino», expresó Cristóbal, quien además señaló que en Concepción Sur, departamento de Santa Bárbara, en el occidente hondureño, deja a su madre.

«Dejo a mi mamá. Me duele mucho, porque imagínese, quedarse ella; más por eso, por un futuro mejor, decidimos viajar a Estados Unidos», acotó.

«NO IMPORTA LO QUE SE NOS VENGA»

Reina y Cristóbal llevan un año como pareja, no tienen hijos, y dicen no tener miedo al peligro que se exponen los inmigrantes en el trayecto desde que salen de su país, principalmente al llegar a México, ni les preocupa el endurecimiento de las leyes migratorias de EE.UU. contra los inmigrantes para que no entren a ese país.

«Bueno, sí escuchamos (lo de las leyes migratorias de Estados Unidos), pero tenemos una decisión, de irnos. No importa lo que se nos venga», recalcó Reina, una ama de casa que dice que ahora no hace nada «porque no hay trabajo».

«Estamos sufriendo y por eso nos vamos», acotó la mujer de Cristóbal, quien ha «escuchado rumores» sobre el peligro de viajar solos o en caravanas.

«He escuchado rumores, pero al igual, vamos con la fe en Dios y que todo nos va a salir muy bien», expresó Cristóbal.

EN BUSCA DE UN BUEN TRABAJO

Entre la multitud esperando la salida hacia Agua Caliente, figura Israel Conor, nicaragüense, casado con una hondureña, con quien tiene tres hijos de tres, cinco y ocho años.

Israel, de 36 años, dijo a Efe que se van del país «emigrando a buscar un buen trabajo. Por muchas cosas, también los hijos, aquí no hay fuentes de trabajo, no hay nada».

Añadió que trabaja en múltiples oficios, como albañil, electricista, entre otros, y que en Honduras «tenemos buena mano de otra», pero «lo que no hay es trabajo, ni se gana lo suficiente».

De las duras leyes de Estados Unidos contra los inmigrantes, señaló que está orientada hacia los latinos, y que al presidente Donald Trump «nunca le ha gustado que emigremos a su país».

«La verdad es que Estados Unidos se compone de todos los latinos, ellos son la fuente de trabajo. Si ve, en todos los estados existen, el latino es el que siempre saca al país adelante, nosotros ya sabemos el riesgo de Donald Trump, las leyes migratorias, pero si nos dan la oportunidad de trabajar, ahí vamos a estar», subrayó Israel.