California. – Jóvenes que vencieron el miedo hace 10 años y organizaron marchas, vigilias y protestas en California y otros estados contra la ley SB1070 de Arizona, también conocida como «Show me your papers» (Muéstrame tus documentos), son quienes dirigen actualmente las principales organizaciones latinas y ocupan destacados puestos políticos.


Esa generación de activistas que nació con la polémica ley que promovía el perfil racial asegura que fue la amenaza y el miedo de perder a sus familiares, amigos y vecinos lo que les impulsó a dar batalla contra la entonces gobernadora de Arizona, Jan Brewer, y el sheriff más temido de Estados Unidos, Joe Arpaio.

En ese tiempo, manifestantes y legisladores demócratas e incluso gobernadores latinos instaron a boicotear al estado de Arizona que aprobó la dura “Ley SB 1070”, que criminaliza a los indocumentados. Los activistas llamaron a aplicar sanciones contra la ley, calificada como una ley que atenta contra los derechos humanos.

La ciudad de San Francisco, California, decretó el cese de los viajes de funcionarios de esta ciudad a Arizona y de cualquier contrato con el estado de Arizona. El entonces alcalde de San Francisco y ahora gobernador Gavin Newsom, llamó a los residentes de la ciudad a no visitar Arizona ni comprar productos hechos en este estado. Las protestas de la comunidad no se hicieron esperar y los hispanos salieron a las calles para rechazar la ley.

Las movilizaciones fueron multitudinarias y se despertó el gigante dormido. Cuando se les pregunta a los activistas y políticos si pensaron en llegar a las posiciones que ocupan actualmente, coincidieron que esa jamás fue su meta, sino la de representar a los miles de latinos que se estaban viendo afectados por la primera legislación estatal que criminalizó la presencia de inmigrantes indocumentados.

Raquel Terán, quien dirigió la organización que promueve el voto latino Mi Familia Vota, fue elegida como miembro de la Cámara de Representantes de Arizona en 2018 y aunque asegura que nunca aspiró a un puesto político, con el tiempo se percató de que es una plataforma para cambiar las leyes en favor de la comunidad hispana.
«Tanto en puestos de poder como en la infraestructura política, los números se están convirtiendo en acción. Solo es cuestión de ver la legislatura: Cuando la SB1070 se firmó había 13 latinos, ahora hay 23, incluyendo dos personas que fueron indocumentadas», manifestó.

Recuerda que su lucha empezó con la gran marcha que dejó al descubierto a 11 millones de inmigrantes que exigían una reforma migratoria en Estados Unidos, y siguió a las afueras del Capitolio durante una vigilia que rebasó los 100 días después de aprobarse la SB1070.

«Los inmigrantes salieron del clóset y luego vi cómo el clima antiinmigrante se iba haciendo cada vez más grave. La SB1070 solo fue la punta del iceberg para lograr la gran movilización ciudadana, y así empezamos una vigilia que continuó 103 días», comentó.

El 23 de abril de 2010, Brewer firmó la ley SB1070, convirtiendo a Arizona en el epicentro del debate migratorio en Estados Unidos, lo que detonó la organización de grupos que tomaron las calles a nivel nacional y lucharon en las cortes, ya que el Departamento de Justicia de Estados Unidos entabló una demanda legal asegurando que los estados no tienen el derecho de aplicar leyes migratorias federales.

Reyna Montoya, fundadora y directora de Aliento, fue una de las personas que encabezaron las marchas y vigilias.
«Recuerdo que escuchamos por la radio que firmaron la ley. Mi padre compró mucha agua por temor, pero eso no nos impidió salir como familia a marchar. Luego, busqué organizaciones, me involucré, empecé a educar a la gente sobre la SB1070 y fui parte de la demanda», señaló.

UNA LUCHA MUY PERSONAL  

Esas ansias de proteger a su gente también la sintió Tomás Robles, quien hoy dirige una de las organizaciones más influyentes LUCHA. «La SB1070 fue algo muy personal; la mayoría de mi familia es inmigrante y ya teníamos experiencias discriminatorias por nuestras raíces», expuso.

«Cuando pasó esa ley supe que tenía que hacer algo. Empezamos con los derechos de los inmigrantes y mira ahora: Nunca pensé llegar a este nivel, jamás creí que íbamos a construir una organización tan poderosa», afirmó.

En mayo pasado, Carlos García obtuvo una silla en el concejo municipal de Phoenix, sumándose a los latinos Michael Nowakowski, Laura Pastor y Betty Guardado.
García ha trabajado como activista para que los inmigrantes tuvieran procesos justos en los centros de detención.

A estas voces se suma la de Viridiana Hernández, quien dirige Poder en Acción y que salió a las calles cansada de vivir como indocumentada, sin poder manejar o estudiar y con el temor latente de perder a sus padres.

«Siempre me decían ‘No digas nada, quédate agachada, solo enfócate en tus estudios’, pero me di cuenta que ese no era el camino. La realidad es que las autoridades querían separarnos y teníamos que luchar. Fue así que me uní a la manifestación del Capitolio y empecé una carrera en el activismo», indicó.

El activismo de Montserrat Arredondo comenzó hace una década, cuando vio cómo muchos de sus compañeros de escuela truncaron sus estudios por ser indocumentados. Eso la motivó a afiliarse a la organización Mi Familia Vota, donde comenzó su lucha contra la B1070.

«Me involucré de lleno. Fuimos al Capitolio todas las noches por 100 días para pelear contra la ley de perfil racial. De todos modos se firmó y desde entonces hacemos registro de votantes para no volver a permitir ese tipo de leyes”, indicó. EFE