Vista de varias personas esperando para acceder a los servicios de Western Union en Miami, Florida, este 21 de noviembre de 2020. EFE/Cristóbal Herrera

Miami – Los cubanos de Miami se apresuraron este fin de semana a enviar las últimas remesas a Cuba antes de que Western Union cierre las puertas de ese histórico flujo monetario y pronuncie aún más el aislamiento de las familias cubanas en ambos países.

«Lo que va a ocurrir es muy simple, la gente no va a recibir dinero», dijo a Efe el sociólogo Guillermo Grenier, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU).

«Toda la política de Norteamérica aparta al pueblo, menos las remesas, que mantenían un contacto mínimo entre los familiares aquí y los familiares allá», enfatizó.

Este domingo es el último día que Western Union recibe dinero para enviar a Cuba en cumplimiento de una nueva restricción del Gobierno saliente de Donald Trump, que fue anunciada a pocos días de las elecciones del pasado 3 de noviembre, en las que ganó el demócrata Joe Biden.

«El pueblo está más aislado que jamás, ese es el problema mayor», se lamentó Grenier, quien realiza desde 1991 la encuesta de FIU sobre las políticas de EE.UU. hacia la isla en el sur de Florida.

Detalló que la mitad de los cubanoestadounidenses del condado Miami-Dade envía regularmente remesas a Cuba «independientemente de sus opiniones sobre el Gobierno cubano», según el sondeo.

Recordó que además de Western Union, que concentra la gran mayoría de los envíos y tiene 407 sedes en la isla, hay otras dos pequeñas empresas de envíos.

Al cierre de sus operaciones en la isla, previsto para este lunes, se suma las restricciones de vuelos a la isla impuestas por el Gobierno Trump y las adicionales debido a la pandemia, que ahondan el golpe para los cubanos en plena temporada navideña.

Para Grenier el gran perjudicado es el cubano de a pie que no tendrá para comida, medicina ni para la financiación de pequeñas empresas.

«Ni el Gobierno cubano, ni los militares, ni las grandes empresas sufrirán la interrupción de los fondos de Estados Unidos, sino que la verdadera víctima es el pueblo cubano», se lamentó.

EL RETORNO DE LAS MULAS

Estas transferencias salen principalmente de Florida, estado a unos 140 kilómetros de Cuba, seguido de Texas, Nueva Jersey, Nevada y Nueva York, y llegan en su mayoría a La Habana, donde Western Union tiene un centenar de sedes.

Para el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba (CubaTrade), el fin de las remesas supone el regreso de «mulas» con dinero en efectivo en los aeropuertos y una mayor carga para las autoridades aduaneras y migratorias estadounidenses, especialmente en el Aeropuerto Internacional de Miami.

Este gremio empresarial subraya que por los menos 1.800 personas viajan diariamente en 12 vuelos desde el Aeropuerto Internacional de Miami al José Martí de La Habana.

El cierre de Western Union se verá además en un incremento en el tiempo de requisas a pasajeros que quieran viajar con dinero en efectivo oculto o repartido entre varias personas.

Grenier dijo que esta informalidad es un nombre «cortés» para el mercado negro de transferencias no reguladas y que estas opciones no solo son más caras y sin garantía de que los fondos lleguen, sino que tampoco hay forma de rastrearlas.

LAS TRES TAREAS DE BIDEN

Grenier señaló que las familias cubanas terminan pagando el precio de una política equivocada, que debería ser reconsiderada por el nuevo Gobierno de Biden.

En ese sentido dijo a Efe que el demócrata puede implementar tres medidas «inmediatas» que no le suponen «costo político» y sí el apoyo de la comunidad cubana: revertir el tema de las remesas, «reinstalar la Embajada como se debe con servicios consulares» y abrir los vuelos «a todos lados».

Subrayó que en Cuba o Florida, independientemente de lo que piensen del Gobierno cubano, el envío de remesas ha sido una «historia de éxito para su gente».

Aseguró, que contrario a lo que se piensa, las remesas aportan «muy pocos» beneficios al Gobierno cubano.

Precisó que es irónico porque las tarifas de las remesas han caído «vertiginosamente» en los últimos años, aumentando el valor para los destinatarios y socavando el argumento de que ayudan a «apuntalar» al régimen.

Mensualmente los cubanos en Estados Unidos realizan más de 240.000 transferencias individuales a Cuba usando Western Union.

En ausencia de datos del Banco Central de Cuba, los investigadores estiman que el total de remesas enviadas desde Estados Unidos a Cuba está entre 2.000 y 4.000 millones de dólares anuales.

EL CONTROL MILITAR DE LAS REMESAS

En virtud de la nueva medida del republicano Trump, todas las empresas de envíos controladas por las Fuerzas Armadas en la isla tendrán prohibido operar a partir de esta semana, a menos que consigan una contraparte cubana sin lazos militares.

El sociólogo Grenier explicó que durante más de 20 años, las transferencias legales de dinero han fluido principalmente a través de un agente cubano, Fincimex, provenientes de Western Union y un par de firmas más pequeñas.

«Cualquier prohibición» en ese sentido «dañaría aún más la tenue estabilidad económica del país», dijo.

Aclaró que «es prácticamente imposible» que en los 30 días que dio el Gobierno de Trump y que vencen el próximo jueves, en la isla pueda conformarse otra empresa que no dependa de los militares, que es la prohibición, y que si así fuera, de todos modos dependerá del régimen de La Habana.

En Cuba, las compañías extranjeras deben contar con un socio oficial, que en el caso de Western Union ha sido desde 2016 Fincimex, incluida desde junio pasado la «lista negra» de empresas con las que los estadounidenses deben abstenerse de hacer transacciones.